Seguramente ustedes sepan lo que sucedió. En medio del debate sobre el asesinato del ultraderechista Charlie Kirk, al humorista Jimmy Kimmel, una estrella de la televisión norteamericana, se le ocurrió ironizar sobre la manera en que Donald Trump reaccionó.
Es que, realmente, lo que dijo el presidente norteamericano fue desopilante. La consecuencia fue inmediata. La cadena ABC, propiedad de la corporación Disney, resolvió levantar el show hasta nuevo aviso. Trump celebró abiertamente el despido de Kimmel mientras que muchas voces se expresaron para denunciar la censura, en un clima cada vez más amenazante para el pensamiento libre, que se extiende a lo largo y ancho de Estados Unidos.
Prepárense para reirse mucho, o al menos eso me pasó a mí. Etcétera se complace en facilitarles las reacciones de otros comediantes norteamericanos frente a la censura. Además, decidimos colgar una nota que explica el problema creciente con la libertad de la administración Trump ( LEER ).
Los videos que pueden ver a continuación son un material hermoso, un ejemplo de cómo se responde con humor y talento ante la oscuridad. Ojalá los disfruten como yo lo hice. Ustedes saben: mientras haya risas, habrá libertad.
El primer video es el origen de la discordia. Así se burló Kimmel de Trump, un presidente con poco sentido del humor, al menos cuando él es objeto del humor ajeno.
El jueves posterior a conocerse la orden de Trump de censurar a Kimmel, el comediante Jon Stewart decidió conducir el famosísimo The Daily Show. Fue algo inusual: Stewart sólo participa de ese show de Comedy Central los días lunes. Le dedicó todo un programa, que anunció renovado: aprobado por el gobierno, y con un obediente y patriótico conductor. Vean uno de los momentos más inteligentes.

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También Jimmy Fallon, desde otra corporación mediática -NBC- reaccionó a la orden de bajar el programa de Kimmel. Abrió su monólogo preguntándose “¿qué carajos pasa?” y dijo que espera que vuelva Kimmel, “un tipo decente, divertido y cariñoso”. Después usó su ironía para tranquilizar a la audiencia, preocupada por un posible cambio en su línea editorial habitual.

Lo que sucedió con Kimmel tuvo un antecedente con otro Late Show, el de Stephen Colbert. Trump había pedido públicamente que lo dejaran sin programa y su deseo se cumplió: a mediados de Julio la cadena CBS anunció que no le renovaría el contrato. Lejos de los objetivos de Trump de silenciar las críticas, Colbert se solidarizó con Kimmel: habló de una “censura descarada” y que “con los autócratas no se puede ceder ni un ápice”

En el programa también hicieron un clip animado, en el que subieron aún más la apuesta.

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Más ironía. Y repudio masivo. Todas las pantallas del prime time televisivo de Estados Unidos se llenaron de mensajes de rechazo, con inteligencia y humor. Lo hizo también Seth Meyers, en su monólogo de apertura en la cadena NBC. Véanlo. No tiene desperdicio.

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Y, finalmente, una semana después, Jimmy Kimmel volvió a la pantalla de ABC. Y habló de lo obvio : que el intento de Trump de silenciarlo obligó a millones de personas de todo el mundo a que vieran el programa. Como ustedes ahora.
El material es interminable. Luego del regreso de Kimmel, así reaccionó Colbert. Literalmente, lloré de la risa con esto.

Y aquí, amigos, nos despedimos hasta la próxima. Ha sido un gusto, como siempre.
